miércoles, 11 de noviembre de 2009

DERECHO Y CIENCIA POLITICA

¿LIBERTAD O "ESTÉTICA"?

La facultad está sumida en un clima de degobierno que las autoridades pretenden pasar inadvertido. La lógica de convocatorias a Concejo de Facultad sin quorum es ahora moneda corriente, hecho que se genera por las pugnas interdocentes (sector Horna vs. Morales Godo) por el control de la caja chica que representa para ellos nuestra facultad.

En lugar de resolver los más álgidos problemas que nos aquejan (mejora de la logística e infraestructura, ejecución de un mayor presupuesto en biblioteca, reducción de tasas administrativas, entre otros), la gestión actual se empeña en menoscabar el derecho estudiantil a la libre expresión oponiéndolo a la "estética" de nuestra casa de estudios, según ha referido el Director Administrativo Juan Baldeón.

La prensa de los estudiantes es el reflejo de la actividad política, gremial, académica y/o cultural que se ejerce, no solo en San Marcos, sino en muchas otras universidades nacionales, latinoamericanas y europeas. Ninguna percepción subjetiva puede estar por encima de expresar la vida organizativa del movimiento estudiantil.
Lamentamos, que existan voces desde el estudiantado, como el actual Tercio Mayoría AID que avalen estas propuestas autoritarias que ya tienen una expresión concreta con el retiro del material propagandístico no solo del gremio sino también de las organizaciones políticas, Juntas de Base y talleres de la facultad.

A todos ellos, convocamos, a no cejar en defensa de un derecho estudiantil tan elemental.


¡Solución inmediata a los auténticos problemas administrativos!

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Tan insignificante actitud, alberga un contenido que detallamos de manera siguiente:


La desmovilización del movimiento popular, sus órganos naturales de agremiación y de sus organizaciones políticas, tuvo correlato al interior del movimiento estudiantil, durante la infame década de los noventa, periodo oscurantista para los espíritus críticos y las ideas de vanguardia, empujadas al abismo por la bota militar y el parasitismo al que había llegado gran parte de las camarillas dirigenciales.

Aquel período pareció revertir eficazmente más de tres décadas de constante actividad político - gremial en los claustros universitarios. El llamado fin de las ideologías y la contraofensiva política-ideológica de las clases dominantes a nivel internacional marcaron la pauta para culminar el proceso de desmovilización de las otroras masas de estudiantes que pugnaban por transformaciones más allá de la universidad.

La mayor parte de los docentes, hoy autoridades o futuras autoridades en la administración de la UNMSM, son herederos de ésta involución iniciada por la fuerza en los años de dictadura, por ello, no dudan un instante en cualquier medida que signifique recortar las libertades que fueron conquistadas en anteriores décadas, en una especie de simbología para demostrar la ilusoria derrota del pensamiento y accionar progresista y renovador. Ello, sumado al constante bombardeo ideológico respecto de la actividad política y sindical, adhiere a un sector de estudiantes que, hijos del "fin de las ideologías", juegan el triste papel de tinterillos de las políticas que atentan contra sus propias libertades.

Lamentablemente para ellos, la historia sigue su marcha y a nivel internacional han sido desenmascaradas, con algunos remanentes que se resisten a aceptarlo, las políticas que, disfrazadas de "paz y orden", sometieron al mundo a los pies de los más voraces apetitos del capital financiero. El lento, pero seguro, avance del campo progresista y revolucionario, que hoy reclama la restitución de muchas libertades conculcadas para los estudiantes y el pueblo, desde luego atormenta los espíritus anquilosados que resguardan sus gollerías en el dominio ideológico (y sobretodo político) que aun impera en nuestra sociedad.

Si hoy le impiden a los estudiantes presentar una exposición de ideas mediante un instrumento de propaganda, mañana se cuestionará otro, luego el contenido, etc. Es la lógica de los que disfrutan de estudiantes "receptores" pero no gestores de su propio proceso cognoscitivo (pues la participación política, gremial, académica y cultural independientes del docente implican tal cosa), es el camino a la conculcación de nuestra manera de ver los fenómenos, abordarlos bajo nuestra propia metodología y expresarlos bajo nuestros propios instrumentos creados.

A diferencia del "orden" de las autoridades, apelamos al orden nacido de la propia decisión estudiantil y de su capacidad organizativa.